martes, 18 de septiembre de 2012

William Blake



   En el Caixa Forum de Madrid podemos encontrar, además de un extraordinario jardín vertical, la exposición de una de las figuras más importantes de la cultura británica: William Blake (1757-1827).
   
   De este poeta, artista y grabador podemos destacar sus continuas alusiones bíblicas con representaciones de los pasajes más característicos de ésta; además interpretó grandes acontecimientos políticos y sociales de su época como la Revolución Francesa, las guerras napoleónicas...Blake, al igual que muchos de sus compañeros, fue rechazado e incomprendido por los conflictos que planteaba en sus obras.
   En ellas podemos observar los diversos mundos míticos en los que se basaba su autor, en donde el “mal”y el “bien” se encuentran manteniendo una lucha constante.
   Los distintos símbolos empleados nos dan una idea de su elevada visión interior, es decir, los sentimientos del autor con respecto a la sociedad en la que convivía.
   Buscó nuevas técnicas para diferenciar su estilo como la utilización del grabado en color, pero no fueron aceptadas por el público pues consideraban sus imágenes absurdas y de mal gusto.

   Dentro de estas obras llama la atenciónla titulada “El fantasma de una pulga” en el que las pulgas representaban el alma de los hombres sedientos de sangre, quedando representado un personaje observando con ansia un cuenco vacío. La oscuridad del tema se ve representada en el cuadro con tonos tenues y manchas poco llamativas. La falta de definición es notable, produciendo un rechazo en el espectador, como ya hemos mencionado antes.



   En otra de sus épocas se refleja la gran perfección que pretende mostrar en cuadros pequeños en blanco y negro en donde la figura representativa siempre se encuentra en el centro. Blake quiso mostrar en muchas ocasiones al hombre como un ser puro y así cito: “Si en las puertas de la percepción se purificase todo, se mostraría al hombre tal como es, infinito”.
   
   Otra etapa destacada sería la que muestra con cuadros como “El ángel bueno y el ángel malo” donde el tratamiento del espacio, color y la dinámica del cuerpo humano se distinguen por la claridad y fuerza de sus líneas. Concretamente en este cuadro se ve como el “mal” intenta atrapar al “bien”.



   Blake repercutió en artistas posteriores del siglo XIX y XX quienes lo veían como un artista rebelde e intentaron seguir sus técnicas con obras como “Caos” de Gerge Frederic Watts. Refleja una secuencia de colores extravagantes y llamativos que expresan fuerza y dan vitalidad a las ilustraciones. Las manchas superpuestas expresan el orden establecido dentro del caos inicial que propone el cuadro y que, junto con los colores distintivos de su obra, usaba para expresar energías internas y fuerzas de la identidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario